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El curso del Sol
La historia de Apolo, ilustración
del mito solar, dicta los temas de las estatuas y de las fuentes del eje
central. El gran estanque del extremo occidental está decorado con
el carro de Apolo: el dios solar surge de las aguas en un carro tirado
por cuatro caballos. Cerca del palacio, Latona, madre de Apolo, domina
la fuente central. El ciclo termina en la gruta de Tetis, desaparecida
al construirse el ala norte.
Rigor...
El trazado general es geométrico:
el jardín está ordenado a partir de un eje central con ejes
secundarios, avenidas en forma de estrella, estanques circulares y semicirculares.
Un conjunto simétrico organizado en varios niveles.
Los árboles están
tallados rigurosamente creando una auténtica arquitectura vegetal.
En torno al palacio se extienden
los parterres que, concebidos para ser vistos desde el primer piso, contribuyen
al enaltecimiento de la arquitectura. El del Mediodía es un encaje
(«broderie») de boj coronado de flores, el del Norte está
formado de boj y de césped, y, en el centro, los dos estanques de
agua del parterre están delimitados por estatuas recostadas que
simbolizan los principales ríos de Francia, obras maestras de la
escultura de la época.
y fantasía
Pero a la vuelta de cualquier
avenida surgen nuevos puntos de vista, nuevas fuentes, nuevas estatuas,
emparrados en forma de bóveda, árboles tallados como si fueran
madrigueras...
La fantasía se desarrolla
en los 9 bosquecillos existentes de los 14 que hubo en su día. Estos
bosquecillos crean «saloncitos» de vegetación en forma
de ovillo situados en los pequeños bosques -de ahí su nombre-
de las avenidas, desde las que nadie puede imaginarse la existencia de
tales maravillas.
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El Invernadero de los
Naranjos: un lugar único
Más abajo del palacio,
el Invernadero de los Naranjos desaparece bajo la tierra. La Escalera de
los Cien Peldaños que lo rodea asegura la estabilidad de los terrenos.
La situación original del invernadero le da una impermeabilidad
perfecta. Su orientación en pleno sur y los dobles contramarcos
de las ventanas mantienen en invierno una temperatura que oscila entre
5° y 8°.
El Invernadero de los
Naranjos: una arquitectura catedralicia
La amplitud, la altura (13m)
y la pureza de sus líneas hacen del Invernadero de los Naranjos
uno de los mejores ejemplos del talento arquitectónico de Jules-Hardouin
Mansart.
El Invernadero de los
Naranjos: 1.080 especies delicadas
Todos los árboles
fueron plantados en cajones de madera: naranjos de Portugal, de España
o de Italia, limoneros, granados (algunos tienen más de 200 años),
adelfas, palmeras (desde principios del s. XX) e incluso tomateras.
Estos árboles dan
pocas frutas ya que fueron tallados en forma de bola para un uso puramente
decorativo. Los jardineros los sacan a mediados de mayo y los vuelven a
meter en el invernadero a mediados de octubre, transportándolos
en una carretilla.
El Huerto
Nada ha cambiado desde hace
trecientos años. Desde las terrazas encajonadas del Huerto se pueden
contemplar las vistas más hermosas de este teatro natural. Cerca
del Invernadero de los Naranjos, el Huerto del monarca producía
frutas y hortalizas excepcionales destinadas al consumo del rey y de sus
cortesanos, hoy en día asequibles a todos los visitantes que deseen
descubrir la calabaza azul de Hungría y la pera Buen Cristiano de
Invierno. Las variedades antiguas aparecen junto a las más modernas.Los
árboles en espalderas, en forma de palmera o trepando alrededor
de un palo se alínean en las parcelas del jardín, a través
de muros formados por arcadas.
El arboretum de Chèvreloup
En 1699 Luis XIV adquirió
el llano de Chèvreloup situado al noroeste del dominio para instalar
en él una granja real y utilizarlo también como terreno de
caza.
En la actualidad las 200
hectáreas del terreno están plantadas con 2.000 árboles
provenientes de Europa, el Cáucaso, China, Japón, Canadá,
Estados Unidos, Chile... así como de variedades hortícolas
y especies amenazadas.
El Gran Parque
Un antiguo terreno de
caza
Durante el Antiguo Régimen
el jardín era ocho veces más grande que hoy. Pues lo que
actualmente se denomina Gran Jardín era entonces el Pequeño.
En el primero se practicaba la caza de montería y en el segundo
la caza al blanco. Los muros que los separaban, y que hoy en día
forman el recinto del dominio, estaban interrumpidos por fosas llamadas
«saltos de lobo» que impedían a estos animales acercarse,
al mismo tiempo que creaban grandes perspectivas.
Un gran canal a la veneciana
El jardín se extiende
en torno al Gran Canal: un estanque de agua de 23 ha y de 5,5 km de perspectiva.
El gran eje, situado al ocaso, prolonga la perspectiva del jardín
hacia el infinito, entre el macizo de álamos de Italia de los que
percibimos las siluetas más allá del agua. Al principio del
Canal, los edificios de la «Pequeña Venecia» nos recuerdan
a las góndolas y a sus gondoleros, balandros y galeras que formaban
la flotilla utilizada para paseos, conciertos o fiestas navales. El brazo
transversal del Gran Canal unía la desaparecida Casa de Fieras con
el Trianón.
Un bosque bien ordenado
A ambos lados del Gran Canal
se sitúan parcelas forestales formadas por variedades arborícolas
locales (robles, fresnos, hayas, cerezos silvestres) y surcadas por grandes
avenidas con hileras simples o dobles plantadas de álamos, sustituidos
hoy en día por robles y tilos. Dichas avenidas tienen sugerentes
nombres como la avenida de «ha-ha» (grito de caza) o la avenida
de los pavos reales...